La semana pasada el mundo quedó gratamente sorprendido con lo ocurrido en la entrega de los premios Nobel de economía y paz. Por primera vez en la historia una mujer gana el premio Nobel de Economía, Elinor Ostrom demostró al mundo que la economía compartida o gobernanza compartida como ella la denomina, da paso a una nueva forma de evolución de las instituciones en lo que tiene que ver con la administración de la copropiedad como modelo de solidaridad social y trabajo en equipo, además de la importancia del esfuerzo participativo en la prestación de servicios públicos y medio ambientales, que demuestra una vez más que la privatización no es siempre la solución, es el trabajo conjunto y solidario lo que nos lleva al desarrollo sostenible y sustentable.
Ostrom ha demostrado ampliamente que la teoría del desarrollo fundamentada sobre estas premisas, donde al interior de las comunidades se cuente con condiciones que posibiliten la formación de entornos favorables para el desarrollo, la interacción entre lo global y lo local para comprender a las organizaciones como unidades compleja que no pueden reducir sus partes al todo, ni el todo a sus partes, sino que se propicie su concepción conjunta a través de voluntades vinculadas y sostenibles de carácter endógeno, entregándoles a la población nuevas manera de hacer gestión pública.
Es una mujer que ha decidido apostar su teoría económica hacia las suficientes potencialidades de las micro organizaciones para emprender el camino del desarrollo a través de las buenas prácticas de gobernanza. Esto aunado al esfuerzo que representa para las mujeres ser reconocidas en sus propuestas como individuas innovadoras y productivas a mi modo de ver le agrega un doble valor a esta Nobel.
En el mismo camino nos sorprendimos con el premio Nobel de Paz otorgado al Presidente Obama, este galardón es un claro mensaje que el mundo le da a la primera potencia mundial para que contribuyan con la construcción de procesos de paz basados en la dignidad de los pueblos, en la equidad y el respeto que permitan relaciones de iguales en el mundo, haciendo de este un lugar sin fronteras para la humanidad.
Obama tiene una gran responsabilidad que le ha asignado el mundo, su elección como presidente de los Estados Unidos reivindicó los derechos de equidad para los seres humanos, sus propuesta de un nuevo liderazgo basado en los valores y las actitudes compartidas han llenado de esperanzas al mundo.
Estos nuevos premios son una invitación a la reflexión, por un lado el que el premio de economía quedara en una mujer le representa un avance a la humanidad hacia los procesos productivos serios y fundamentales en la toma de decisiones y el rol femenino en dichos procesos constructivos.
Por el otro lado, el premio Nobel de Paz por lo regular se entrega sobre hechos cumplidos, sobre acciones concretas en las cuales se hayan hecho aportes para la construcción de una mejor convivencia y entendimiento fraterno entre los pueblos, Obama ha mostrado desde su plan de gobierno las mejores intenciones en esa búsqueda, pero aun le queda mucho camino por recorrer y por demostrar que sus políticas pacificas, de inclusión y su lucha por el desarme va a lograr un ambiente de cooperación entre las naciones.
Bienvenidos esos dos premios Nobel y que sean los valores y la construcción de una nueva sociedad, mas gusta y equitativa la que sigan motivando a nuestros líderes mundiales.
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