UN CARIÑITO PARA LA TIERRA

El pasado 28 de marzo a las 8:30 p.m. hora colombiana, el mundo se comprometió con la iniciativa global de «la Hora del Planeta»,  se apagaron las luces de las principales ciudades y muchos de nosotros nos unimos no solo cortando la energía por una hora, sino elevando una plegaria por nuestra madre tierra.

La actividad humana ha dado lugar a un espacio contaminado deducido por la presencia de sustancias nocivas e incomodas en el suelo, el agua y el aire; agentes puestos en tal cantidad que pueden incluso dañar la salud y el bienestar de los animales, las plantas y los seres humanos, impidiendo el pleno desarrollo vital.

Son muchas las formas de contaminación con las que día a día hacemos turbio nuestro ambiente, las sustancias sólidas, liquidas y gaseosas que emitimos cotidianamente además del ruido, el calor, y los olores conforman un panorama poco alentador para la pacha mama.

Los problemas ambientales globales, aquellos que por su gran dimensión afectan al medio ambiente del planeta, requieren de manera urgente nuestra atención y cuidado, es un compromiso que todos deberíamos asumir de manera responsable.

La tasa de crecimiento de la población, los altos índices de contaminación, el tratamiento no planeado de la agricultura, las actividades mineras sin controles, el abuso de la madera como materia prima,  la disminución y afectación de la biodiversidad, la degradación de los recursos naturales y el deterioro atmosférica son entre otros, algunos de los elementos que ensombrecen o afectan el destino de la tierra.

Es imprescindible entonces unirnos a las campañas que tiendan al reestablecimiento sostenible del medio ambiente. Desde las instituciones educativas se promueve en los jóvenes la cultura del respeto por los recursos naturales, es así, que se realizan permanentemente actividades de reforestación, reciclaje y limpieza de áreas protegidas que motivan en las y los estudiantes la conciencia ecológica.

El pasado 22 de marzo, se celebro en Bogotá el evento musical  «concierto del agua, la fiesta ambiental e intercultural» con el cual se pretendió crear un espacio de conciencia y reflexión en torno al tema del agua y la relación del ser humano con el preciado liquido.

Lo que se hace actualmente es muy importante, si logramos incorporar en nuestra cultura las prácticas responsables que conllevan al bienestar humano, sembrado sobre el respeto de todas las formas vivas que nos circundan y que hacen parte de nuestra existencia y en la medida en que apropiemos en nuestros corazones estas prácticas y las relacionemos con la vida misma, será posible divisar amorosamente un porvenir positivo, mas limpio y seguro para nosotros y los venideros.

¡Tenemos una casa gigante! en la que habitamos desde nuestra llegada a la vida, nos ha recibido amorosamente cual anfitriona incondicional y como tal, nos ofrece irrestrictamente el abrazo de la Madre que solo esperaría una mirada de ternura o de agradecimiento.

Nos da todo desde sus entrañas y sin embargo, lo que le entregamos son consecutivos maltratos como si no la sintiéramos en el corazón. Podemos observarla agónica, triste, debatiéndose sobre un final indigno para cualquier ser vivo y recibiendo el desamor de sus hijos.

Hoy, lo que debemos hacer, es disponernos a la reflexión profunda que nos incite a actuar de una forma distinta con la Madre Tierra, a recuperar las enseñanzas de nuestros antepasados en lo que concerniente a su profundo respeto, al agradecimiento continuo por la vida misma, devenida de ella y a restablecer desde una inteligencia emocional los daños que le hemos causado. Entonces la Tierra sabrá que sus hijos no la han olvidado, que seguimos respetándola y que al fin hemos despertado para de verdad sentirla como lo que es, nuestra Madre Tierra.

El Estado Colombiano ha suscrito importantes convenios a nivel nacional e internacional donde se compromete con los desafíos que en materia ambiental tiene el planeta, el protocolo de Kioto es un claro ejemplo de nuestro compromiso para la supervivencia de la tierra, asegurando un hábitat sano para las futuras generaciones, así como los proyectos que hoy desde el Congreso buscan mejorar nuestra calidad de vida tales como el de Bienestar Animal, que pretende garantizar este derecho fundamental o el proyecto sobre los Ecosistemas que busca garantizar la preservación, conservación y generación de los mismos.

Los acuerdos originados en las alcaldías en materia ambiental que pretenden mejorar las condiciones de vida de los pobladores y la utilización responsable de los recursos con los que cuentan los municipios.  Y las acciones de educación y participación ciudadana que el Ministerio del Medio Ambiente ha formulado a través del Decreto 216 y que reúne las actividades que se deben hacer al respecto en el nivel nacional, regional y municipal;  la producción más limpia; y la incorporación de normas  como la ISO 1404, que establece los fundamentos para las empresas con responsabilidad social, en el análisis del ciclo de vida y sus fases y las ISO 14041, 14042, 14043 que la explican detalladamente.

Sabemos perfectamente que nuestro paso por este lugar es transitorio, pero tras de nosotros nos han precedido generaciones enteras que han edificado la memoria que nos construye y en el porvenir están las nuevas generaciones, a quienes les debemos un lugar propicio para su desarrollo desde todos los ámbitos, empezando por el hábitat que reclama una intervención urgente, tierna, poderosamente consciente y consecuente

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EL DESARROLLO RURAL COMO VÍA PARA EL FORTALECIMIENTO AGRARIO CON PERSPECTIVA DE GÉNERO

Desde 1961, en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo,  los colombianos asistimos a la posibilidad de una reforma agraria con la Ley 135, la cual posibilitaría una mejor distribución de las tierras y el desarrollo de productividad de las mismas.

Un esfuerzo encaminado a la oportunidad única en la historia para que los campesinos accedieran a mejorar sus niveles de ingresos, contando con mayores posibilidades de autonomía y desarrollo rural. Según informe de la Contraloría General de la República de un millón de campesinos que trabajaban la tierra y carecían de parcelas en 1962, solo el 10%  de ellos habían recibido tierras a 2004.

Además de la inequidad en la tenencia de las tierras, durante las últimas décadas los campesinos y campesinas de nuestro país, han sido víctimas de grandes desarraigos que implican la traslación del campo a las ciudades, la violencia política, la conformación de grupos armados al margen de la ley, (guerrilla y paramilitares), el impacto sobre el medio ambiente que trae fenómenos naturales devastadores y la adaptación a nuevos procesos culturales, desde los cuales se desfavorece la vocación agraria; al mismo tiempo  que congregan a grandes grupos de desplazados en las ciudades, traen como consecuencia enormes problemas de pobreza,  bajo crecimiento económico, aculturación  e incapacidades para el desarrollo sostenible. Escenario en el cual las tierras son apropiadas por grupos ilegales y narcotraficantes generadores de violencia, desigualdad y aprovechamiento de la proliferación de cultivos ilícitos y  lavado de activos.

Los lugares entonces, son transformados por y para la obtención de productos que a lo largo de la historia reciente se han ido configurando y reconfigurando al ritmo de la organización de fuerzas desiguales y menos favorables para el consumo y comercialización, tanto en la capacidad exportadora como en el dispendio interno.

En este panorama las mujeres además de sufrir las consecuencias de estos conflictos sociales y políticos en el campo, encuentran que su  participación en los procesos rurales en cuanto a la tenencia y manejo de las tierras, históricamente han estado  atravesados por la prevalencia familiar, desde donde estas son obtenidas por herencia paterna; por los privilegios del hombre en el matrimonio; por la mayor representatividad masculina en la comunidad y por los sesgos de conocimiento.

Este contexto muestra a la mujer comprometida mucho mas con las tareas del hogar en roles reproductivos, con la crianza de sus hijos y las labores domésticas, que con una verdadera apropiación práctica y productiva del manejo de las tierras. Dichos procesos han dejado de manera natural a los hombres en el trabajo de productividad, desde el conocimiento y la conducción propiamente de las tierras. Y a las mujeres en el fortalecimiento del contexto familiar y social.

Es claro entonces que en el desarrollo rural, se ha dejado por fuera a las mujeres en cuanto a las actividades agrícolas y pecuarias, en tanto sus capacidades de producción, procesamiento y comercialización agropecuaria. Ellas  son invisibilizadas por las demás actividades de reproducción y por la consecución de los recursos a través de otras actividades que incluyen el trabajo artesanal y la transformación de los productos en artículos de consumo; pero no en el manejo autónomo de sus tierras.

La igualdad de oportunidades de hombres y mujeres en el ambiente rural debe ser uno de los objetivos primordiales de  una política agraria que incluya programas estatales con perspectiva de género; esto es, asegurar la igualdad de derechos en cuanto a la oferta por las tierras, las posibilidades de mayores beneficios y facilidades en la obtención de créditos para el agro, el acceso a la capacitación asistiendo e incentivando la presencia femenina y promoviendo oportunidades laborales, además de la asignación de tierras desde la repartición equitativa tanto para hombres como para mujeres y el privilegio de cooperativas que presenten propuestas de desarrollo rural con perspectiva de género o elaboradas por y para las mujeres.

La institucionalización del cambio en el desarrollo rural se debe dar desde políticas y normas que visibilicen tanto a mujeres como a hombres en el campo y que promuevan objetivos y metas en la mejor tenencia de las tierras y su vocación agropecuaria. Así como la continuación de las políticas de seguridad que garantizan a los campesinos y campesinas el trabajo libre de presiones violentas y de desplazamientos forzados.

El desarrollo sostenible del campo colombiano implica el reconocimiento de las estructuras y procesos, al igual que  la identificación de problemas y conflictos que impiden el progreso, factores que ejercen influencia en el comportamiento y crecimiento agrario y que requieren cambios progresivos, que proporcionen la armonía entre la productividad, la equidad y la mejor calidad de vida bajo un enfoque de sostenibilidad.

El inventario real de los bienes rurales fiscales, los incautados al narcotráfico, y los terrenos baldíos pueden llegar a ser objeto de una justa y equitativa redestribución en igualdad de condiciones; facilitando sobre todo la capacitación, los créditos blandos y el apoyo técnico a los proyectos productivos sostenibles que viabilicen la mejor tenencia de las tierras.

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ARRANCÓ COMISIÓN PRIMERA DEL SENADO CON LA REFORMA POLÍTICA

Durante el 12 y 13 de marzo se realiza en Cartagena el seminario internacional sobre reforma Política y Ley de Partidos, organizado por el por el Proyecto de Fortalecimiento Democrático PNUD-IDEA Internacional, el Senado de la República y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo -AECID-, con la participación de Senadores y Representantes; Magistrados del Consejo Nacional Electoral; el Consejo de Estado; el Registrador Nacional del Estado Civil; Académicos; ONGs; la Misión de Observación Electoral -MOE- y Congreso Visible.

La senadora Elsa Gladys Cifuentes Aranzazu participará en dicho seminario como ponente en el tema de financiación de campañas y partidos políticos. Desde donde se establecen las premisas generales para desplegar una legislación específica en materia de financiación política y electoral, que se haga en función de contribuir a la igualdad de oportunidades entre los partidos, movimientos políticos y grupos significativos de ciudadanos y que fortalezca el proceso democrático tanto entre, como al interior de dichas organizaciones. Lo cual es el mayor desafío que le corresponde al poder legislativo.

«El objetivo de este seminario es establecer diálogos que nos ayuden a buscar acuerdos para la aprobación de esta nueva Reforma Política y la construcción  y fortalecimiento de la Ley de Partidos». Dijo la Senadora Elsa Gladys Cifuentes Aranzazu.

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SENADORA ELSA GLADYS CIFUENTES EN ACCIÓN

Por invitación de la Senadora Elsa Gladys Cifuentes Aranzazu Mañana 10 de febrero llegará al municipio de Pereira el nuevo Ministro de agricultura Andrés Darío Fernández Acosta, para reunirse en un conversatorio en el auditorio de la Gobernación del Risaralda con los diferentes representantes del sector agropecuario, y a quien se le expondrá la política pública en lo agropecuario, acuícola y forestal por parte de la secretaría de agricultura del Departamento.

Tendrán también un espacio dentro de esta agenda la Red Departamental de Mujeres Campesinas e indígenas; la Universidad de Santa Rosa de Cabal, UNISARC; y los diferentes sectores sociales que haciendo uso de la participación ciudadana acudan al evento a partir de las 9:00 a.m. en la Gobernación del Risaralda.

«esperamos que el nuevo ministro ratifique el compromiso del Gobierno Nacional con el sector agropecuario y se reactiven los subsidios, incentivos y líneas blandas con el apoyo decidido al sector; y que sea el señor ministro del campo colombiano el doliente de la seguridad social, la competitividad y el desarrollo de oportunidades para la población rural de Colombia» manifestó la Senadora Cifuentes Aranzazu.

Quien además recordó que viene adelantando un trabajo con las autoridades locales de Risaralda en el acercamiento y cofinanciación de los respectivos planes de desarrollo.

Con éxito se ha cumplido el desarrollo de actividades operativas  en esta temporada de receso legislativo. La gira en el departamento con el Director Nacional de Salud Pública en los temas de salud mental y rehabilitación de la drogadicción. Con la directora Nacional de Instituto colombiano de Bienestar Familiar, con el Ministro de la Protección Social y los viceministros de Turismo y Cultura. Conectando así a Risaralda con el Estado Central.

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DIGNIDAD DE PATRIA

El Pasado 12 de Febrero de 2009 tuvo lugar en Washington, el comité de Educación y Trabajo en la Cámara de Representantes norteamericana; audiencia presidida por el Congresista demócrata, George Miller, muy cercano a Nancy Pelosi, presidenta de dicha Colegiatura y quien se ha rehusado con vehemencia a darle trámite al proyecto de Ley que firmaría el Tratado de Libre Comercio con Colombia, oposición sustentada en la violación de derechos Humanos y asesinatos de sindicales.

A  la audiencia fueron invitados para hablar sobre la situación sindical en Colombia el juez José Emilio Sánchez, María Macfarlad de Human Rights Watch, José Luciano Sanin de la Escuela Nacional Sindical de Medellín y Jessica Hoyos, hija de un sindicalista asesinado.

Me sorprendió la ligereza con la que, el Honorable Senador Miller se refirió a nuestro país en su política de derechos humanos, especialmente lo que atañe a la comparación realizada con los casos de Chile y El Salvador, respectivamente.

Manifiesta el respetable congresista que Colombia bien puede ser comparada con estos países en épocas de dictadura y de las problemáticas que conllevaron al estado de caos vivenciado por ellos. Reafirmo entonces mi sorpresa y he de expresarme como colombiana responsable de mi identidad patriótica y como representante de una colectividad política y social.

No se puede desconocer que en los últimos siete años Colombia ha tenido un importante crecimiento en todos los aspectos, tanto en el tema de la seguridad democrática, que da un ambiente de confianza al país, como en un crecimiento económico sostenido en cuyas cifras de inversión extranjera por ejemplo ha aumentado en un porcentaje importante en relación al PIB nacional y los programas sociales que cubren a todos los sectores en el territorio.

En este orden de ideas creo que nunca se podrían hacer tales comparaciones como las que plantea Miller, ni con la dictadura de Pinochet en Chile, Dawidson en el Salvador y mucho menos con Venezuela en donde Chávez se perpetua en el poder amparado en un asistencialismo que socaba cada vez más la economía del hermano país, dejándolo sin reservas y recursos físicos y económicos.

En Colombia somos protectores de los derechos humanos por naturaleza, bien conocemos de los procesos discriminatorios a los que se han sometidas nuestras naciones y por esto cada día enfrentamos nuestros problemas de manera decidida y con conciencia social. Nuestro país ha ratificado casi todos los tratados internacionales sobre derechos fundamentales, lo que no han hecho otras naciones.  Y se han acogido las recomendaciones orientadas al mejoramiento de todos aquellos aspectos en los cuales hemos presentado debilidades.

Reconocemos que tenemos errores, que nuestras instituciones deben seguir mejorando en la promoción y defensa de los Derechos Humanos, nosotros ratificamos los acuerdos y recomendaciones que desde otras naciones se proponen; respetamos la cooperación internacional y a los organismos rectores. A las organismos multilaterales y a la gran institución mundial de hermandad como es Naciones Unidas; a diferencia de otros países, Colombia no solamente ha ratificado todos los asuntos del medio ambiente, incluyendo el de Tokio; hemos hecho todos los esfuerzos por respetar los mandatos de la O.I.T, por lo que reformamos la reglamentación de las cooperativas, conduciendo este sistema  hacia la obligatoriedad de la seguridad social para la población trabajadora, formamos con ética de estado a los servidores públicos. ¡Si claro, tenemos errores pero seguimos mejorando!.

No es justo, ni apropiado que se siga dando cátedra sobre cómo debemos avanzar en el desarrollo humano, creo que sí hemos hecho tantos avances como hemos podido en la lucha contra la pobreza, el desempleo y la seguridad. No queremos una doble moral que oriente y presione pero no practique. Es tan grave la intromisión política como la intromisión en nuestra inversión, temas en los que Colombia tiene total soberanía y autonomía interna.

Nuestro país ha hecho grandes esfuerzos por el acuerdo de Libre Comercio con los Estados Unidos, pero creo que es hora de pedirle al Presidente Uribe que evalúe la posibilidad de desistir del TLC, esos esfuerzos, lobby, e  inversiones se deben aprovechar en fortalecer las relaciones comerciales con otros países que requieran de nuestros productos y servicios sin disculpas condicionantes, y presiones de origen electoral y político.

No estoy invitando a romper relaciones con los Estados Unidos, por el contrario debemos fortalecer aun más nuestros vínculos culturales, científicos, académicos y afectivos pero sin perder la dignidad. Entonces que sean ellos quienes en un futuro insistan en los tratados. Urge que el actual presidente norteamericano venga a Colombia y evidencie que las cosas no son como las muestran.

No más, es mejor continuar con nuestras relaciones cordiales mientras la nueva administración del norte aterriza su ideología y mientras sabemos cómo serán las próximas relaciones de USA con el mundo y sobre todo con la población colombiana, que desafortunadamente muchas veces ha comprometido a miles de sus familias con el sueño americano, buscando servirles en todas sus actividades a cambio de una mísera remuneración o de la nacionalización.

Estamos exportando lo mejor que tenemos, personas luchadoras y trabajadoras, muchos altamente calificados, apetecidos por su capacidad de trabajo y de investigación y desarrollo. Personas que sueñan con ir a sus parques mecánicos y centros comerciales a dejarles el ahorro de sus vacaciones.

No más, por la dignidad de nuestra patria, replanteemos ese Tratado de Libre Comercio y enfoquemos nuestros esfuerzos a otros mercados. Pensemos en las economías fuertes y consolidadas de este mundo globalizado como las de la Unión Europea, y por qué no, pensar en abrir mercados con Dubái o los grandes destinos turísticos del mundo.  Abramos nuevos horizontes comerciales como la China en el cual se nos presenta la oportunidad de EXPOCHINA 2010 «MÁS VIDA, MÁS CIUDAD». Y sigamos de amigos, tratándonos de «tu a tu», con el respeto y el garbo que merecen nuestros países y sus gentes.

Ojalá los respetables congresistas de  Estados Unidos agenden con éxito la ratificación de convenciones y tratados que aquí hace rato reglamentamos y estamos implementando. Ojalá, las próximas relaciones puedan ser desde la igualdad, para que nuestros países en un análisis reflexivo de la legislación laboral comparada, miremos en conjunto si es mejor el régimen social, pensional y prestacional de Colombia o pagar simplemente por hora trabajada como lo hacen allá.

Esperamos que nuestros hermanos del norte no permitan mas ofensas contra nuestro país. A la gente de bien de Colombia que somos la inmensa mayoría de la población, nos duele el alma de nación al evidenciar, cómo cualquiera se siente con el derecho de maltratar a nuestros líderes y al sistema. La democracia en Colombia como todas las demás en el mundo está en proceso de formación, pero la nuestra es la expresión y el resultado de las mayorías. Mayorías integradas por gente decente, trabajadora y honesta, emprendedora y con fe en la vida.   Queremos y exigimos buen trato y mejores modales al referirse a nuestro presidente.

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ACCIONES POSITIVAS PARA LAS MUJERES

La senadora Elsa Gladys Cifuentes se une a la conmemoración del día de la mujer reconociendo el papel histórico de indudable importancia que tenemos en los diferentes ámbitos de una construcción familiar, social, cultural y económica en nuestro país.

«Esta fecha nos sitúa en la memoria de las mujeres que han luchado valientemente por la equidad en todos los aspectos de la vida, tanto pública como privada».

En el marco de esta celebración se hace necesario reconocer las acciones positivas que desde el quehacer legislativo se vienen trabajando. En la última década las legisladoras colombianas han logrado para las mujeres la Ley de Violencia Intrafamiliar que busca garantizar los derechos y erradicar la violencia en las familia.

La Ley de Sociedades Patrimoniales de Hecho, que busca el reconocimiento patrimonial entre compañeros permanentes. La Ley de Cuotas para favorecer el acceso al desempeño de funciones y cargos públicos de las mujeres. La Reforma Política que busca  tener un máximo del 70% de representación en los respectivos renglones.

Actualmente cursan en el Congreso iniciativas legislativas que hemos presentado con perspectiva de género, tales como el Proyecto de El parto como Urgencia Vital. El proyecto de Ley de su autoría sobre la Promoción y Prevención de la Salud Mental y que tiene en cuenta al género femenino en la identificación de los riesgos psicosociales y sus causas.

El Estatuto de la Oposición en cuanto a las garantías para la participación en los organismos electorales y que incluye a la representación de las mujeres.

Y el proyecto de ley sobre la reglamentación de establecimientos que prestan el servicio de videojuegos donde el tratamiento que se da a las mujeres es estereotipado y limitado en lo femenino.

La Senadora Elsa Gladys Cifuentes Aranzazu en su compromiso con el bienestar de las mujeres reitera su petición al Ministro de la Protección Social para que busque estrategias y mecanismos de subsidio, para que las mujeres colombianas puedan acceder a la vacuna temprana contra el virus del papiloma Humano.

«De no implementarse acciones en este sentido presentaremos una reforma legislativa por el derecho al suministro de dicha vacuna, para que la gratuidad en su aplicación sea una Ley de la República, y así podamos ver acciones concretas a las necesidades de nuestra población femenina» afirma Cifuentes Aranzazu.

La Senadora finalmente invita a todas sus colegas congresistas y a las demás mujeres que hoy ocupan curules en los Concejos y Asambleas Departamentales a seguir fortaleciendo desde el trabajo conjunto como bancadas, la lucha por los derechos y las mejores oportunidades para las mujeres.

LA FAMILIA UN LUGAR COMÚN PARA TODOS

Tradicionalmente en diferentes países el día de la familia se conmemora el primer domingo de marzo; en Colombia, esta celebración se asocia con el día de San José, el 19 de marzo. Dadas sus características, al padre adoptivo de Jesús, lo hemos visto ancestralmente como el hombre que asume la responsabilidad en la crianza del hijo de Dios y que lo ama como si fuese suyo. San José asume por tanto la educación del niño y junto a María le brindan la posibilidad al infante de constituirse como ser humano en el grupo social primario.

La noción elemental de familia se encuentra en la unión del hombre y la mujer, situación que crea una serie de derechos y obligaciones, ya sea entre los cónyuges o entre éstos y los hijos. En la legislación colombiana, la familia tiene tres fuentes: el matrimonio, que da lugar a la familia matrimonial; la constituida por la voluntad responsable de conformarla, llamada comúnmente unión libre; y la adopción, que constituye la familia adoptiva.

Actualmente el concepto de familia ha sufrido importantes cambio que desde la sociología y la psicología se vienen estudiando, es decir, ya no existe un solo tipo de familia, esta se puede desarrollar de acuerdo a otros vínculos que están por fuera del clásico significado, podemos encontrar familias cuyo núcleo está dirigido por abuelos u otros familiares; por una sola figura de autoridad, madre o padre en situación de soltería, viudez o divorcio, o por una persona ajena en consanguinidad que representa la figura de autoridad familiar.

Al respecto la Organización de Naciones Unidas reconoce que en la conformación de las familias en las últimas décadas, se han presentado cambios profundos en las estructuras tradicionales, la modernización, el control demográfico, los factores económicos y las transformaciones en las esferas productivas y reproductivas de la sociedad, desde donde se les asignan a hombres y mujeres roles complementarios que implican mirar el concepto de familia desde otra óptica tanto social como jurídica.

Las Naciones Unidas distinguen otros tipos de familias entre las cuales se encuentran: las multi-generacionales, que se presentan en relaciones de autoridad con abuelos o parientes mayores;  las multi-locales, es decir familias a distancia donde las responsabilidades se separan de la convivencia y la interacción cotidiana, los hogares nucleares con dos proveedores, que le asignan a los cónyuges relaciones equitativas tanto reproductivas como productivas.

Todo lo anterior antes que deslegitimar el concepto de familia como el primer espacio social que tiene el ser humano para construir su esencia y formarse como persona, democratiza el concepto de la misma, desde donde debemos tener en cuenta que la familia como se había venido entendiendo y estructurando cambia en su funcionamiento pero no en su condición básica de célula social, donde el ser humano encuentra la satisfacción de sus aspiraciones y la complementación de sus afectos; debemos reconocer que es el medio moral para la conservación de la especie humana y la perpetuación de la sociedad; es el medio idóneo para recibir educación y donde se trasmiten valores morales y éticos además de ser la continuadora de las tradiciones sociales y políticas. La familia juega entonces un papel fundamental en la formación de las personas como miembros de una colectividad. No importa como estas se constituyan, las relaciones familiares son la base de las dinámicas culturales que permiten a los sujetos adoptar identidades frente a su contexto social.

A pesar del cambio en los esquemas tradicionales, la familia cualquiera sea su conformación es una institución que conecta a las personas con la sociedad y que está en constante evolución y adaptación a los tiempos actuales, y aunque los modelos no sean los mismos de antes, desde su núcleo se dan las posibilidades de construir relaciones amorosas y respetuosas, espacios que sirvan a la construcción de ciudadanía, a la responsabilidad y a las prácticas de reproducción de la tradición cultural, y que son merecedores de la protección del Estado.

Con la Constitución Política del 91, la familia en su condición de unidad fundamental de la sociedad, es acreedora de los principales esfuerzos del Estado, orientados a garantizar su protección integral y el respeto a su integridad.

La obligación que posee el Estado de movilizar los mecanismos necesarios para asegurar la integridad de la familia, lleva implícitamente la utilización de las facultades para hacer cumplir a sus miembros las responsabilidades y deberes que implica la convivencia, su función tutelar se concreta verificando que al interior de los hogares cada cual cumpla con las responsabilidades que se le han asignado.

El deber que posee el Estado de intervenir en las relaciones familiares, no se extiende a la imposición de un tipo de familia en particular o a un modelo determinado de comportamiento, sino que se limita a impedir cualquier violación de los derechos fundamentales de las personas, es decir, que la protección que el Estado debe brindar a las personas no quede reducido al ámbito público, sino que también trascienda los espacios privados; garantizando el cumplimento de su misión y favoreciendo la creación de las mismas.

No se trata de atribuir relaciones causales sino de ver como los comportamientos están sujetos a cambios que tiene que ver con otros modelos. La familia debe ser vista como la posibilidad de libertad por parte de sus integrantes, son sus principios democráticos los que deben ser fortalecidos.

En la familia se forman ciudadanos comprometidos o no para respetar las diferencias, cuyo camino para la construcción de la convivencia pacífica es el aprendizaje de actitudes y habilidades que permitan a los seres humanos las expresiones consientes de su responsabilidad en el mundo como seres sociales; la conciencia crítica con dominio personal formando una juventud  tolerante y solidaria, que a través del diálogo construya límites y estatutos que permitan a los sujetos interactuar de una u otra manera en la sociedad.

Es preciso seguir garantizándole a las familias los beneficios de sus derechos así como la suplencia de sus necesidades básicas, generando políticas de estado que tengan en cuenta los diferentes tipos filiales y su desarrollo como núcleos de identidad frente a contextos culturales determinados.

Invito entonces a seguir construyendo el concepto de familia desde el ámbito de la libertad responsable que nos exige participación para proyectar una sociedad en la que todos y todas nos sintamos comprometidos con la valorización positiva y enriquecida desde el amor y extendida al quehacer cotidiano en pro de una Colombia mejor.

Quiero también invitar a las familias a asumir cabalmente la primera educación de los niños y en forma corresponsable asumir la superación de todas estas crisis, fortaleciendo de esta manera el núcleo social primario.

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